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El mito del peso ideal

Constantemente se nos ha hecho creer que todos deberíamos tener cierto peso o cierta forma de cuerpo, esto ha sido perpetuado a través de imágenes en la televisión, internet, revistas, tiendas de ropa… prácticamente en todos lados. También es una idea que está muy arraigada en el ámbito de la salud, porque muchos profesionales de la salud buscan que lleguemos a un “peso ideal” para evitar o poder curar cualquier enfermedad, incluso llegando a culpar a las personas de sus padecimientos por no lograr llegar o mantener cierto peso.

Si hacemos una búsqueda en la web acerca de qué es el peso ideal, podremos encontrar muchas páginas con calculadoras, tablas y métodos para conocer cuál debería de ser el nuestro y cuánto tiempo tomará llegar a él, la mayoría de estos son sitios de venta de productos para pérdida de peso “fácil y rápido” o revistas del corazón, como si pesar determinados kilos tuviera una fórmula, o como si perder kilos fuera la única forma que tenemos para vernos bien, tener salud o un requisito para encontrar el amor. 

Pero, si lo vemos tanto y en todos lados, ¿en verdad será la única forma que tenemos para vernos bien y tener salud? La respuesta es sencilla, no. 

Muchas personas nunca han tenido un “peso ideal” en su vida adulta, lo que ha tenido muchas consecuencias emocionales y físicas, pues se vive en una constante batalla con el peso, con el cuerpo y con la alimentación, porque parece que fuera algo imposible de lograr, no importa el intento que se realice. 

Es por eso, que en lugar de hablar de peso ideal, algunos profesionales de la salud, sobre todo quienes nos especializamos en el manejo de peso, preferimos utilizar el concepto de “Mejor peso”.

Un mejor peso considera que el peso de cada persona es distinto, que pesos elevados tienen causas específicas e individuales que es importante analizar con detalle, que cada quién pierde y mantiene peso a su ritmo, y que un mejor peso no es sólo un número de kilos, es pensarlo más allá, porque incluye considerar parámetros de salud, de bienestar, de mejorar la relación con tu cuerpo y con tu alimentación, un mejor peso va en armonía contigo.

¿Qué es lo importante a tener en cuenta acerca del concepto de mejor peso?

  • Lo defines en conjunto con tu nutriólogo o profesional especializado en el manejo de peso. 
  • Te permite disfrutar del cuidado de tu alimentación y estilo de vida. Nunca debe chocar con tu calidad de vida. 
  • Requiere de un monitoreo constante. 
  • Requiere de un cuidado de hábitos y alimentación (alimentación consciente, elecciones de alimentos, velocidad al comer, consumo de fibra, etcétera).
  • Requiere de vigilancia de parámetros relacionados con la salud (glucosa, colesterol, triglicéridos, insulina, etcétera) 

Te invito a que hablemos más de un mejor peso y todo lo que este concepto incluye. Empecemos a cambiar la manera en la que concebimos esta cultura de las dietas, de la pérdida de peso y de la relación con nuestro cuerpo y comida. 

Nota al margen: no es que diga que el peso ideal no sirve para nada, pues es una referencia que se ha ido construyendo desde hace ya muchos años y tiene su utilidad, es sólo que creo que debemos cambiar el paradigma y dejar de usarlo como referencia única para definir salud, valor, éxito y demás, de una persona.

*Este artículo está dirigido a población adulta. 

Más información sobre este tema: 

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Conductas alimentarias de riesgo y exceso de peso

La presión social para mantener un cuerpo delgado y estilos de vida “perfectos y saludables” que vemos en tantos lugares y que es especialmente fomentado en redes sociales, ha orillado a muchas personas, principalmente mujeres, a tener conductas alimentarias de riesgo desde muy temprana edad y que se van perpetuando a lo largo de la vida, ocasionando un ciclo de insatisfacción corporal y con la forma de comer, que lejos de resolver el problema del peso, lo mantiene y lo agrava.

Algo que observo con frecuencia es cómo algunas personas al sentirse insatisfechas con su cuerpo, empiezan a omitir tiempos de comida (dejar de desayunar o de cenar, principalmente), a omitir algún grupo de alimentos (“carbohidratos”, por lo más común: cero arroz, cero pan, cero tortillas, etcétera), castigarse “por haber comido de más” o consumir productos de dudosa procedencia que ocasionen inhibir el apetito o “acelerar el metabolismo”. Lo que lleva a ciclos “yo-yo”, que se caracterizan por pérdida de peso con una enorme dificultad para mantenerlo, ganancia de peso (que casi siempre termina en tener un peso mayor al peso inicial), acompañada de insatisfacción corporal, que conlleva a intentar nuevas cosas que por lógica “necesitarían ser más extremas que lo inicial”.  

Este ciclo es el que suele ser antesala de conductas alimentarias de riesgo, que es importante identificar, para frenar y sanar esa relación con tu cuerpo y con tu forma de comer.

¿Qué es una conducta alimentaria de riesgo?

Las conductas alimentarias de riesgo son manifestaciones similares a un trastorno de la conducta alimentaria, pero que se presentan con menor frecuencia e intensidad.

Por lo general, se desarrollan desde la infancia o edades jóvenes y si no se les da tratamiento, se perpetúan a lo largo de la vida.

¿Cuáles son las conductas alimentarias de riesgo?

  • Atracones.
  • Ayunos prolongados.
  • Omitir alimentos importantes para el cuerpo.
  • Uso de dietas extremas.
  • Ejercicio extremo.
  • Consumo de productos “milagro” principalmente para inhibir el apetito o “acelerar el metabolismo”.
  • Preocupación constante y persistente por subir de peso. 
  • Sensación de falta de control ante la comida.

¿Qué puedo hacer si identifico que he caído en alguna de estas conductas de riesgo?

Si identificas que has realizado alguna de estas conductas de riesgo o si te sientes con una constante incomodidad con tu forma de comer, con tu cuerpo y con los intentos que has tenido que hacer para que esto cambie, la solución inicia con acercarte a un profesional de la salud especialista en salud mental (psicólogo) y a un nutriólogo especializado en manejo de peso, con sensibilidad en conductas alimentarias de riesgo. La combinación de terapia psicológica y de nutrición tienen buenos resultados para dar un manejo de raíz que te permita ir sintiéndote mejor con tu cuerpo a la vez que mejoras tu forma de comer y adquieres nuevos hábitos de alimentación, de un modo más compasivo. 

¡Una mejor relación con tu cuerpo y tu alimentación es posible! Inicia con el acto de abrazarte a ti misma y decidirte a romper el ciclo, para empezar una forma de comer más armónica contigo y con tu salud. No esperes más y acude con un profesional que pueda acompañarte en este proceso. 

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Gordofobia, ¿qué es?

Para empezar a hablar de gordofobia, comenzaremos hablando de estigma, que es un conjunto de actitudes y creencias desfavorables que desacreditan o rechazan a una persona por considerarla diferente.

En el contexto de obesidad, se refiere a todas las prácticas, discursos, acciones y burlas que marginan, estereotipan, juzgan y vulneran a las personas que viven con obesidad.

Es una discriminación y violencia basados en un juicio de valor moral donde las personas delgadas son representadas como las poseedoras de belleza, inteligencia, éxito y las personas con exceso de peso son vistas como descuidadas, menos inteligentes, menos capaces o con poca salud.

La “gordofobia”, que prefiero llamar estigma de peso, se construye cuando se conjuntan estereotipos relacionados con el peso o la forma del cuerpo, prejuicios e ideas negativas, que pueden ser aceptadas e interiorizadas por las personas que viven con obesidad, afectando su salud y calidad de vida.

El estigma por el peso tiene consecuencias en la persona, tanto emocionales: depresión, ansiedad, pensamientos negativos respecto al cuerpo, como en la salud: uso recurrente de dietas o remedios para promover pérdidas de peso aunque afecten la salud, conductas alimentarias de riesgo, evitar ir a lugares, como gimnasios, médico, tiendas de ropa.

Actualmente, se habla mucho en internet y redes sociales acerca de personas que al tener el poder de un micrófono y con una carga de estigma muy elevada, han lanzado mensajes groseros y cargados de odio, contra varias personas que gracias a su talento han logrado el éxito, al aparecer en portadas de revistas, espectaculares, ser protagonistas y me da mucho gusto que estas personas han levantado la voz para mostrar el amor por su cuerpo y el orgullo de tener grandes logros a pesar de vivir en una sociedad que les ha puesto muchas piedras en el camino.

¿PERO ENTONCES, ESTAMOS CELEBRANDO UN PROBLEMA DE SALUD?

Claro que no! La obesidad es una enfermedad, muy compleja y multifactorial. Dejar de lado el estigma de peso, también es una invitación para que cada individuo vea por su salud y procure su bienestar, independientemente de lo que pese. Y también, es una invitación para que los profesionales de la salud dejemos de lado perseguir “pesos ideales” y busquemos “mejores pesos” para todos nuestros consultantes (les hablaré de lo que es mejor peso en un próximo artículo), el bienestar no se mide en kilos y esa es una idea que debemos de tener bien grabada.

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE VISIBILIZAR ESTE TEMA?

Este controversial tema nos permite levantar la voz para decir que el peso no define a una persona.

Difundamos un mensaje de respeto y empatía en el que sepamos cómo poner un alto al trato diferente por la forma del cuerpo.

¿QUÉ PODEMOS HACER PARA FRENAR EL ESTIGMA DE PESO (“GORDOFOBIA”)?

Lo primero, es reconocer que la obesidad es una enfermedad bastante compleja  y progresiva, con un tratamiento que toma tiempo y en el que todos los casos son distintos.

Y además, te doy algunas recomendaciones según sea tu caso:

  1. Si eres familiar, amigo, compañero de trabajo de una persona con obesidad:
    1. Evita comentarios sobre el cuerpo de las personas
    1. Evita dar opiniones sobre su forma de comer
    1. Identifica tus ideas y prejuicios (haces chistes sobre el peso o forma del cuerpo de las personas? Rechazas a alguien por su peso?, etcétera)
    1. Si alguien te confía que se está cuidando o iniciando un proceso para mejorar su peso, respeta su proceso.
    1. No permitas burlas y cuida la forma de hablar sobre una persona que vive con obesidad.
  • Si vives con obesidad:
    • Reflexiona sobre qué tanto has interiorizado el estigma.
    • Procura atención a tu salud y busca lugares donde para lograrlo, no se centren 100% en tu peso, sino en tu persona.
    • Busca y exige ser tratada por profesionales empáticos y respetuosos, que te acompañen para tener salud, sin estigmatizar o forzarte a tener un peso específico.
    • Evita sitios donde te propongan soluciones rápidas, fáciles y sin esfuerzo.
  • Profesionales de la salud
    • Pide permiso a la persona para hablar sobre su peso.
    • Sé empático.
    • Busca capacitación sobre el tema.
    • Evita regaños o hacer sentir mal a las personas cuando no se logran las metas establecidas y procura un tratamiento centrado en la persona, validando sus emociones y barreras, buscando soluciones a cada una.
    • Procura estrategias que sean sostenibles.
    • Establece metas que no estén totalmente centradas en el peso.

Cada uno de nosotros podemos hacer algo para eliminar la gordofobia y cualquier forma de discriminación, te invito a reflexionar sobre tus pensamientos en torno a la obesidad y cuestionarte aquellos que impliquen una connotación negativa hacia las personas que viven con exceso de peso.

Referencias:

https://obesidades.org/el-estigma/

Te puede interesar:

https://www.instagram.com/reel/CpTNnbJB6hk/?igshid=YmMyMTA2M2Y%3D

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Medicamentos que pueden ayudar con la pérdida de peso

ANÁLOGOS DE GLP1, ¿QUÉ SON? 

Los análogos de GLP-1 son medicamentos que, desde hace varios años, se utilizan para el control de la glucosa en personas que viven con Diabetes Mellitus Tipo 2, entre quienes se empezaron a observar pérdidas de peso, que en conjunto con cambios en la alimentación y ejercicio, fueron mayores que en aquellas que utilizaban otro tipo de fármacos. Es por eso que se empezó a investigar su uso con la finalidad de dar tratamiento a la obesidad.

¿Cuáles son?

En México, pueden encontrarse: 

  • Liraglutide (nombres comerciales: Saxenda y Victoza)
  • Semaglutide (Ozempic, Rybelsus)
  • Dulaglutide (Trulicity)

Estos medicamentos han sido aprobados para el manejo de la diabetes mellitus tipo 2 y el único que cuenta con autorización para utilizarse como tratamiento para la obesidad en personas que no viven con diabetes, es Liraglutide en dosis más elevadas (Saxenda). Sin embargo, todos han sido utilizados en personas que viven con exceso de peso y tienen alteraciones en la glucosa (prediabetes o Diabetes Mellitus tipo 2), observándose en promedio, pérdidas de peso que van del 7 al 12% en un año, dependiendo del medicamento utilizado y del apego a cambios en la alimentación y ejercicio.

Una característica que tienen en común estos medicamentos (salvo Rybelsus), es que se administran con inyección y  según el tipo de fármaco puede ser diaria o semanal. Esta forma de administración, puede causar confusión, pues varias personas piensan que se trata de insulina (que se administra por inyección también), pero ambas son sustancias totalmente distintas.

¿En qué casos se indican y quién debe indicarlos?

Victoza, Ozempic, Rybelsus y Trulicity son medicamentos que se utilizan como parte del manejo de la glucosa en sangre.

A la fecha, Saxenda es el único medicamento de este tipo, que puede utilizarse para el control de peso en personas que no viven con diabetes mellitus tipo 2. 

La dosis y los casos en que se utilizan siempre deben ser decisión de un médico especialista, después de una valoración de la persona y como parte de un tratamiento que involucre al menos cambios en la alimentación y ejercicio. 

Estos medicamentos NUNCA deben ser indicados por un profesional que no cuente con cédula de profesional de la medicina; es decir, ningún nutriólogo u otro profesional de la salud está facultado para prescribirlo. Tampoco deben indicarse como soluciones “mágicas y rápidas” para el control de peso. 

¿Cómo funcionan?

Se les denomina como análogos de GLP-1 porque imitan la acción de una hormona que se libera en el intestino después de comer, llamada “péptido similar a glucagon tipo 1 (GLP-1)”. 

En condiciones normales, el GLP-1 se libera en el intestino como respuesta a la presencia de alimentos, en específico, de nutrientes en el intestino delgado, ocasionando una liberación de insulina, que ayuda a reducir la glucosa en sangre después de la ingestión de una comida. Además, el GLP-1 ayuda a retrasar el vaciamiento gástrico, aumenta la saciedad y reduce la ingesta de alimentos.

Este tipo de medicamentos, al administrarse, aumentan la sensación de saciedad, provocando un menor consumo de alimentos. Esto permite que sea más sencillo poder llevar un plan de alimentación y cambios en la forma de comer, que conduzcan a pérdidas de peso más sostenibles. 

¿Tienen efectos secundarios? 

Dado que actúan a nivel intestinal, sus efectos secundarios suelen ser gastrointestinales, por ejemplo: 

  • Náuseas
  • Vómitos
  • Diarrea

Estos efectos son más intensos en personas que no realizan cambios en su forma de comer y pueden reducirse con apoyo de técnicas y estrategias de alimentación. Este es otro de los motivos por los cuales cuando se utiliza este tipo de fármacos es importante llevar un tratamiento de nutrición.

En conclusión, esta línea de medicamentos es efectiva para el control de peso debido a la sensación de saciedad que provocan, ayudando a la persona a sentirse satisfecha con menores cantidades de alimento. 

Hay que tener en cuenta que aunque son medicamentos que aumentan su demanda y se ponen de moda por los resultados que ofrecen, no son soluciones mágicas y siempre deben ir acompañadas de un manejo adecuado, de la mano de profesionales especializados.

¿Si utilizo alguno de estos medicamentos, ya no necesito ir al nutriólogo?

Es importante llevar un tratamiento de nutrición cuando utilizas estos medicamentos, de hecho, su efectividad está comprobada en personas que siguen un plan de alimentación. Como tendrás menos apetito, si buscas a un nutriólogo que comprenda cómo funcionan estos medicamentos, puede ayudarte a elegir mejor qué comer y tener un tratamiento integral de cambio de hábitos.


Puede ser más fácil seguir un plan de alimentación cuando utilizas este tipo de medicamentos, pues el hambre es mucho menor, eso facilita realizar cambios en tu forma de comer.


También es importante seguir pautas determinadas de alimentación, que permitan aminorar los síntomas gastrointestinales característicos del uso de este tipo de medicamentos.

Fuentes:
SCOPE E-Learning Course. Pharmacotherapy for Obesity. 2022.
Thomas E. et al. Low adoption of weight loss medications: A comparison of prescribing patterns of antiobesity pharmacotherapies and SGLT2s. 24 (9) 1955-1961. 2016. Obesity. doi: 10.1002/oby.21533
Zheng H. et al. Neural systems controlling the drive to eat: mind versus metabolism. 23:75-83. 2008. Physiology. doi: 10.1152/physiol.00047.2007
Castro R. Agonistas del GLP-1: fármacos para la diabetes y pérdida de peso. 11 de agosto de 2022. Mayo Clinic.
Escalada F. J. Fisiología del GLP-1 y su papel en la fisiopatología de la diabetes mellitus tipo 2. Medicina Clínica. 143(S2). 2014. doi: 10.1016/S0025-7753(14)70101-0

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¿Cuáles son las diferencias entre el sobrepeso y la obesidad?

Esta clasificación busca diferenciar el riesgo que se puede asociar al exceso de peso y de grasa corporal; es decir, en combinación con ciertos antecedentes personales, a mayor peso, mayores riesgos a la salud.

Una de las formas más sencillas para detectar el sobrepeso u obesidad es con el IMC; sin embargo, esta NO DEBE REPRESENTAR la única manera para elaborar un diagnóstico, pues deben evaluarse los antecedentes de la persona, sus hábitos y su estado de salud.

El sobrepeso es un aviso que nos indica que el riesgo de padecer alguna enfermedad metabólica es mayor y te recomiendo prestarle especial atención si es que notas que has tenido un aumento de peso progresivamente con los años o si has aumentado de peso en un corto periodo de tiempo. Si presentas sobrepeso y te gustaría trabajar en volver a un peso normal, no esperes mucho tiempo y acude a buscar atención de un especialista en nutrición, para identificar posibles causas y trabajarlas en conjunto. Este es el mejor momento para actuar y evitar que el exceso de peso y sus consecuencias progresen más.

La obesidad es consecuente al sobrepeso y se trata de una enfermedad crónica que requiere un tratamiento oportuno e idealmente, multidisciplinario. El tratamiento para personas con obesidad no se enfoca únicamente en perder peso, sino en mejorar todos los factores que se afectan con un exceso de grasa corporal, como lo es la salud metabólica, capacidad funcional, actividades diarias, salud mental, etcétera. Si vives con obesidad, te invito a buscar un tratamiento serio y especializado, que te ofrezca soluciones integrales, no soluciones “rápidas y mágicas”.

Procura vigilar tu peso periódicamente y si detectas que te encuentras en riesgo, no dudes en buscar atención de un profesional para lograr cambios de raíz que puedan mantenerse a largo plazo.

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Bebidas saludables para el frío

Algo que acompaña a octubre, es el otoño, esta temporada del año en la que, en muchos lugares, las hojas de los árboles empiezan a perder su tono verde, para dar paso a tonos naranjas y desprenderse, regalándonos paisajes llenos hojas secas y de tonos café-anaranjados; además, deja de sentirse el calor, empieza una temporada con más días más fríos y nublados.

Este frío se acompaña del antojo de bebidas calientes, como tés, chocolate, café o atole, por lo regular, nos gusta acompañar estas bebidas con un rico pan o galletas. Pareciera que esto fuera algo “prohibido” para las personas que se encuentran cuidando su alimentación o sus niveles de glucosa, pero no es así, también para estos antojos podemos encontrar una alternativa que vaya acorde con nuestras metas. Es por eso, que he elaborado esta tabla y recomendaciones, que pueden servirte de guía a la hora de elegir tus bebidas en esta temporada.

BEBIDAPROSCONTRASRECOMENDACIONES PARA SU CONSUMO
Tés o infusionesBebida sin calorías, algunas de ellas pueden tener propiedades benéficas para el cuerpo.Algunos tés contienen cafeína. El consumo excesivo de algunas infusiones no es recomendado.Prefiere variedad de tés, preparados con agua y sin endulzar.   Evita utilizar miel, azúcar o azúcar mascabado para endulzar.
CaféBebida sin calorías. Contiene antioxidantes.Es un estimulante que puede incrementar síntomas de ansiedad o la tensión arterial.Modera su consumo, endulza lo menos posible y de preferencia, utiliza un edulcorante sin calorías.   Evita utilizar cremas procesadas para acompañar, prefiere leche descremada.
AtoleSabor y consistencia agradables.Por lo regular, el contenido de azúcar es elevado. Es una bebida con calorías.Elegir prepararlo de manera casera, con maicena natural y dando sabor con arroz, canela o alguna fruta (ej. Guayaba) Endulzar lo menos posible y utilizar edulcorante sin calorías.
Chai LatteSabor y consistencia agradables. Si es natural, contiene elementos que pueden ser benéficos para el organismo.Los té chai en polvo enlatado contienen cantidades muy elevadas de azúcar.Pregunta de qué está hecho el chai que planeas consumir. Prefiere aquellos con base de especias y evita los que estén hechos con polvos prefabricados.
Chocolate calienteSabor y consistencia agradables.Las tablillas comerciales suelen tener cantidades muy elevadas de azúcar.Elige prepararlo con cacao, canela y la menor cantidad posible de azúcar.
Café de ollaSabor agradable.Por lo regular, es endulzado con piloncillo.Prepáralo de manera casera, con suficiente canela y la menor cantidad posible de piloncillo. Consume con moderación.
ChampurradoSabor y consistencia agradables.Puede tener un contenido muy alto de azúcar.Modera su consumo y hazlo de manera consciente.

El azúcar que ingerimos a través de las bebidas, a veces suele pasar desapercibida y eso puede tener como consecuencia un mayor riesgo de resistencia a la insulina, de triglicéridos altos o de hígado graso, un mal control de la glucosa en personas que viven con diabetes o prediabetes, reducción en la velocidad de pérdida de peso para las personas que se encuentran en proceso de reducción ponderal o posibilidad de síndrome de dumping en personas que han pasado por una cirugía bariátrica.

Recuerda que puedes incorporar una amplia variedad de bebidas calientes, mi recomendación es que lo hagas de manera consciente, eligiendo la opción más adecuada con tus metas y disfrutando al máximo de esa elección.

Espera la segunda parte de este artículo, donde hablaré sobre recomendaciones para elegir mejor los acompañamientos, como pan, galletas, etcétera.

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¿Qué comer en las fiestas patrias?

A partir de septiembre, empiezan una serie de festividades que mes con mes, nos pueden poner en aprietos si estamos cuidando nuestra alimentación o nuestros niveles de glucosa, colesterol, triglicéridos, etcétera, pero, aunque pudiera parecer complicado a simple vista, siempre hay opciones saludables, sólo hay que buscarlas, y para ayudarte con este objetivo, mes con mes te daré algunas recomendaciones para mantener elecciones equilibradas en esta última parte del año.

En septiembre y las fiestas patrias, se caracterizan por sus reuniones mexicanas y una gran oferta de alimentos típicos de nuestro país.

Aunque no lo creas, hacer elecciones saludables es más fácil de lo que parece, pues la comida típica mexicana puede llegar a ser bastante equilibrada y saludable. En un pozole, quesadillas al comal, sopes, huaraches, tlayudas, etcétera, podemos encontrar fibra, que obtenemos a través del maíz y de las verduras; proteína, que obtenemos de carnes como el pollo, queso, bistec o cerdo y diversos nutrimentos, que se encuentran en la variedad de frutas, verduras e ingredientes con los que se preparan estos platillos.

Pero entonces, qué puedes cuidar en cada comida para mantener tu equilibrio y buena alimentación:

  • Cantidad. Vigila la cantidad de comida que consumes, a veces, con la emoción de las celebraciones, dejamos de darnos cuenta cuánto hemos comido en realidad.
  • Comer con calma y atención plena. El mantener atención sobre lo que comes o bebes, te ayudará a regularte.
  • Puedes iniciar con verduras o incluirlas. Las verduras además de dar un sabor único a la comida, contienen fibra y agua, que ayudan a que tu platillo sea más abundante y te de más saciedad. Busca cómo agregarlas! Por ejemplo: las verduras que encuentras en un pozole, ensaladas de nopales, la lechuga y jitomate que se agregan a un sope, etcétera. ¿Cuál otro se te ocurre?
  • Saborea y disfruta. La comida mexicana es deliciosa, sírvete porciones moderadas y disfruta!
  • Vigila el tipo de bebidas que consumes. No olvides consumir suficientes cantidades de agua simple y ten cuidado con refrescos y aguas de sabor, que contienen jarabes y altas cantidades de azúcar, ojo con tu consumo de alcohol.
  • Elige preparaciones bajas en grasa. Prefiere platillos preparados al comal, carnes que sean bajas en grasa, poco consumo de crema.

¡Nuestra gastronomía es tan buena, única y saludable. Festejemos eso en estas fiestas patrias en las que celebramos con orgullo nuestra identidad mexicana!

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¿Qué es la resistencia a la insulina?

¿Has escuchado sobre la resistencia a la insulina? Es un término que, a pesar de ser muy mencionado, es poco comprendido y sobre el cual es fácil encontrar información que no es totalmente cierta o que genera mucha confusión.

Para comprenderlo mejor, comencemos por conocer qué es la insulina y cuál es su función: se trata de una hormona que se encarga de llevar la glucosa (que obtenemos de los alimentos), desde el torrente sanguíneo a las células de los músculos, hígados y grasa, donde es procesada para cumplir distintas funciones en el cuerpo. La insulina es como una llave que abre las puertas de las células, para que la glucosa pueda entrar a ellas.

Sin embargo; cuando hay un exceso de glucosa en la sangre, la mayoría de las veces, como resultado de un alto consumo de azúcares refinados y otros alimentos altamente procesados, así como por algunos factores genéticos, se necesita más insulina (llaves) para que ésta entre a la célula. El páncreas produce más insulina, pero las células empiezan a rechazarla (sigue habiendo puertas, pero las llaves ya no abren) y esta condición es la que conocemos como resistencia a la insulina.

Cuando el cuerpo empieza a dejar de responder ante la insulina, la glucosa deja de entrar a las células y ambos empiezan a acumularse en la sangre. Cuando la glucosa se encuentra elevada por periodos prolongados de tiempo, es cuando puede derivar en prediabetes y en diabetes mellitus tipo 2.

El exceso de insulina en la sangre además, puede ocasionar acantosis nigricans, que es un oscurecimiento en la piel, que se observa en la parte trasera del cuello, en codos, axilas o rodillas; otro padecimiento relacionado con la resistencia a la insulina es el Síndrome de Ovario Poliquístico.

¿Qué puedo hacer para evitarla? Cuando hay resistencia a la insulina, observamos niveles elevados de esta hormona en la sangre, que puede estar acompañada o no, de glucosa elevada; así mismo, esta condición no presenta síntomas, por lo que las conductas preventivas son muy importantes para evitar su aparición, si cumples con alguna de las siguientes condiciones, lo recomendable es que cada año te realices estudios o acudas a revisión médica con un especialista, para asegurarte de que tus niveles se encuentran dentro de lo normal:

  • Tener sobrepeso u obesidad.
  • Tener un familiar directo con diabetes mellitus tipo 2 o con antecedente de resistencia a la insulina.
  • Circunferencia de cintura mayor a 90cm si eres hombre u 80cm si eres mujer.
  • Tener más de 45 años de edad.
  • Inactividad física.

Tengo resistencia a la insulina, ¿qué puedo hacer? Si ya te han detectado resistencia a la insulina, lo recomendable es que un profesional de la nutrición te de tratamiento y te brinde acompañamiento para lograr un cambio de hábitos paulatino, que incluya incorporar más fibra y alimentos naturales; así como reducir la cantidad de azúcares simples y harinas refinadas en tu alimentación. También reducir la masa grasa corporal e incrementar masa muscular, ayudarán a que esta condición mejore y se evite su progresión.

La detección y el tratamiento oportunos de la resistencia a la insulina pueden reducir el riesgo de complicaciones relacionadas con la glucosa elevada, por lo que, si conoces más sobre ella y trabajas en prevenir los factores que favorecen su aparición, son una gran forma de cuidar de tu salud.

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No seguí mi plan de alimentación, ¿qué hago?

No seguí mi plan de alimentación al pie de la letra, ¿es mejor esperar a llevarlo al 100, para volver a mis consultas?

¿Te ha pasado que inicias un tratamiento de nutrición y no lo terminas por falta de motivación o por no saber cómo reponerte ante las dificultades?  ¡Esto es algo de lo más común! Pues suele pasar, que al empezar a seguir un plan de alimentación, hay temporadas en las que todo nos sale de acuerdo a lo esperado, nos sentimos muy bien, vamos viendo resultados y tenemos mucha motivación… hasta que de pronto algo sucede que cambia nuestra rutina: festejos en el trabajo, cambios en la rutina, eventos sociales, comidas familiares, sentirse desanimado, etcétera… situaciones que nos orillan a no seguir el plan tan fácilmente como lo hacíamos al principio.

Muchas personas se llegan a sentir culpables y frustradas ante estas situaciones, pues piensan que no llegarán al objetivo o temen que al ir a su próxima consulta de nutrición, serán regañados. Por este motivo, un gran número de consultantes (pacientes) prefiere esperar a volver a sus consultas hasta que hayan retomado su plan. Pero, ¿es esto una buena idea?  Yo diría que no, pues esto en realidad ocasiona que la mayoría de las personas termine por abandonar sus tratamientos.

Algunas veces sucede que por poner demasiada atención a lo que no hemos hecho, no volteamos a ver lo que sí hemos logrado. He observado cómo algunos de mis pacientes acuden apenados a consulta al sentir “que no siguieron su plan”, pero al profundizar sobre esto, terminan dándose cuenta de que han mantenido varios progresos y de que el resultado no es tan malo como lo imaginaban; de hecho, el tener tan identificado lo que sintieron que no pudieron hacer, ayuda mucho a poder desarrollar juntos un plan que permita superar estas barreras.

Nuestra vida se compone de subidas y bajadas, que muchas veces afectan nuestros planes, pero la clave es vivir los cambios de rutina con autocompasión y paciencia, y aprender a recuperarnos de los malos momentos. Nadie tiene por qué regañarte cuando tuviste dificultades para apegarte a tus metas, al contrario! Son momentos de los que se aprende mucho, pues se generan estrategias para afrontar las distintas problemáticas que van surgiendo; después de todo, estamos hablando de que un buen tratamiento de nutrición involucra cambios en el estilo de vida que se trabajan a largo plazo y no se trata de solamente seguir una “dieta o régimen” y ver “cuánto tiempo logramos aguantar”.

Para que un plan sea realmente efectivo a largo plazo y se eviten abandonos y rebotes, se necesita aprender de lo que nos cuesta trabajo e identificar cómo podemos superarlo. Esto se logra con un buen acompañamiento y trabajo en equipo entre tu personal de salud y tú, con el fin de poder desarrollar herramientas personalizadas.

No temas volver a tu consulta de nutrición si sientes que no has hecho todo tal cual, te sorprenderás de todo el provecho que puede sacarse de las dificultades!

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Automonitoreo: ¿qué es y para qué sirve?

Actualmente, un gran porcentaje de personas vive con alguna enfermedad crónica o condición metabólica (obesidad, diabetes, síndrome metabólico, resistencia a la insulina), cuya principal característica de tratamiento es que requiere de un cuidado constante a lo largo de toda la vida, para evitar complicaciones a la salud.

Para poder mantener este control que es necesario, el automonitoreo es un hábito saludable muy importante. Consiste en observar ciertas conductas o parámetros, sobre los que podremos conocer patrones, comportamientos y el efecto que tienen en nuestra salud.

Hay distintos tipos de automonitoreo, algunos de los más comúnmente usados son:

  1. Automonitoreo de glucosa. Es muy utilizado en el manejo de personas que viven con diabetes, consiste en monitorear los niveles de glucosa en sangre, en distintas situaciones, para poder tomar decisiones de tratamiento tanto de alimentación, como médico.
  • Automonitoreo de emociones. ¿Sabías que hay numerosas emociones? Muchas veces no nos detenemos a observarlas, identificarlas y conocer qué impacto tienen en nuestras acciones diarias. Aprender sobre nuestras emociones nos permite establecer relaciones entre cada una de ellas, nuestras acciones de autocuidado y de qué manera éstas modifican algunos valores de salud, como la glucosa, tensión arterial, peso o forma de comer.
  • Automonitoreo de peso. Para algunas personas, el monitoreo de peso en momentos clave, representa una forma de saber si van por buen camino para alcanzar las metas planteadas. Este monitoreo debe hacerse siempre con una intención clara y con la frecuencia acordada junto con tu profesional de salud, pues si se lleva a cabo de manera incorrecta, puede ocasionar frustración.
  • Automonitoreo de Alimentos. Consiste en llevar un registro de los alimentos que consumes. Puede ser diario o puede ser en situaciones específicas. Este tipo de monitoreo también tiene que hacerse con objetivos muy claros y puede enlazarse con cualquiera de los tres anteriores, esto permite lograr grandes progresos!
  • Automonitoreo de conductas saludables. Para algunas personas que buscan mejorar su salud o su peso, funciona más vigilar ciertos hábitos, en lugar de sólo enfocarse en los menús o comidas de un plan de alimentación. Este tipo de automonitoreo consiste en identificar conductas que podemos vigilar, para mantener un estilo de vida saludable, por ejemplo: realización de actividad física, consumo de agua simple, consumo de vegetales, no brincarse algún tiempo de comida, etcétera. Este es de mis tipos de automonitoreo favoritos 😊

Si vives con alguna enfermedad crónica o condición metabólica, un plan de automonitoreo personalizado puede ayudarte a conocer más sobre el efecto que estos padecimientos tienen en tu cuerpo, permite que puedas alcanzar tus objetivos de salud y al final es una gran forma de protegerte a largo plazo de cualquier complicación asociada.

¿Alguna vez has llevado a cabo algún tipo de automonitoreo? ¡Cuéntame tu experiencia!